jueves, 12 de mayo de 2011

Grelos anticancerígenos


Una investigadora gallega revela las propiedades antitumorales de esta verdura

Los grelos tienen compuestos que ayudan a prevenir el cáncer, según una tesis de la bióloga gallega Marta Francisco para el CSIC. El estudio, que establece por primera vez el perfil nutricional de grelos y nabizas, señala que los glucosinolatos que contiene el brécol, cuyas propiedades en la prevención de tumores avalan numerosas investigaciones, están presentes también en el grelo, aunque son los menos frecuentes. Las propiedades del tipo compuestos que más abundan, de la misma familia que los del brécol, están por estudiar.
La investigadora gallega ha localizado en los grelos compuestos que ayudan a mejorar la salud y a prevenir enfermedades como el cáncer. En un proyecto de la Misión Biológica de Galicia, del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la bióloga ha establecido por primera vez el perfil nutricional de grelos y nabizas.
La investigación de la bióloga Marta Francisco ha identificado en los grelos una pequeña concentración de los mismos compuestos preventivos del cáncer que se encuentran en el brécol, perteneciente a la misma especie, Brassica rapa. La verdura más emblemática de Galicia contiene, además, una alta concentración de compuestos de la misma familia que los que se encuentran en el brécol, de los que esperan también propiedades beneficiosas para prevenir tumores, pero que todavía están por estudiar. "Sabemos que los grelos tienen propiedades beneficiosas para ayudar a prevenir el cáncer, pero hay que ver qué tipo de cáncer y en qué cantidad habría que consumirlas para que provocasen ese efecto", advierte la bióloga.


Los compuestos bioactivos que confieren a los grelos propiedades beneficiosas para la prevención del cáncer son los glucosinolatos, que defienden a la planta, además, frente a hongos e insectos, como se recoge en la tesis, en la que también se estudia la nabiza. En esta verdura, Francisco ha detectado compuestos fenólicos, que actúan en el cuerpo humano como antioxidantes naturales, además de intervenir en el crecimiento de las plantas y servirles como defensa frente a patógenos.
La tesis, titulada "Compuestos bioactivos y producción de grelos y nabizas: variación fenotípica y ambiental" y dirigida por los doctores Elena Cartea y Pablo Velasco, incide en la mejora de la salud que reporta la ingesta de estos vegetales y repara en que, durante la cocción, la forma más habitual de prepararlos, estos alimentos pierden parte de sus compuestos bioactivos. Francisco concluye en su estudio que, para aprovechar al máximo las propiedades de los grelos y nabizas, lo aconsejable es ingerir también el agua en que se han sido cocidos. "Aunque con el método a vapor se conservan bastante las propiedades, lo más recomendable es que, dado que en el agua de cocción quedan buena parte de los compuestos, ésta se consuma también en sopas o salsas", señala la científica
La autora de la investigación, la primera en la que se establece el perfil nutricional de los grelos y de las nabizas, sostiene que ambas verduras "deben formar parte de nuestra dieta diaria, pues hemos cuantificado en ambos casos un bajo nivel calórico, un elevado contenido en fibra, riqueza en proteínas y fuente de minerales y vitaminas, así como un elevado contenido en compuestos bioactivos, con lo que su consumo puede repercutir positivamente en nuestra salud y bienestar".
El estudio de Marta Francisco, además de detallar el perfil nutricional y las cualidades para la salud de dos de las verduras más representativas de la cocina gallega, aborda caracteres agronómicos y sensoriales de las verduras, por lo que sus conclusiones abren la puerta a avances en su cultivo. Después de estudiar doce variedades cultivadas en diferentes ambientes de A Coruña, Pontevedra y Lugo, el proyecto del CSIC determina cuáles son las más idóneas para la producción y cuáles pueden tener un doble aprovechamiento: producción en fresco o distintos usos a posteriori.
Varias siembras realizadas entre 2006 y 2009 y la recogida de datos relativos al clima y al suelo permitieron señalar las variedades más estables en el conjunto de los ambientes estudiados y observar cuáles son los más idóneos para la producción de nabizas y grelos. "Dado que existe una gran variabilidad entre las variedades estudiadas, hemos constatado que es posible seleccionar las variedades más productivas en función de su uso o de sus cualidades nutritivas, lo que abre la puerta a la mejora genética de estos cultivos", sostiene Marta Francisco.

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